15 ene 2012

thinking selfishly: I love you



Añoraba aquellos momentos en los que tenía toda la libertad sentimental y física que quería. Pasar toda la noche entre alcohol y compañeros era sencillo y divertido. Desde el punto de vista del presente era un lujo no tener que dar ninguna explicación y esa sensación de estar atrapada junto a alguien en esas cuatro paredes hacia que la velocidad de los latidos de mi corazón aumentara, no me sentía cómoda pero tampoco tenía ninguna necesidad de alarmarle con aquellos estúpidos pensamientos. Mentiría si dijera que no le quiero y que me hacía sentir como nadie, sin excepción ninguna, me hacía sentir con una mirada o un beso. En realidad, merecía la pena agobiarme puntualmente. Le quería demasiado como para dejarle escapar de mis brazos, no era fácil pero merecía la pena.

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